Álex Acuña Viera

Code thoughts and other randomness

El Impuesto Y Lo Impuesto. O Sobre El 20% De Música Chilena en Las Radios.

Parto diciendo un universal que es importante tener en claro: A nadie le gusta la imposición y eso tenemos que tenerlo en claro.

Al momento de pagar en la caja del supermercado, en el kiosco o en la fila de la multitienda, el acuerdo es que si quiero llevarme el producto, tengo que pagar el precio que dice en la etiqueta. Pero pocas veces reflexionamos ese precio está en realidad, con un agregado. Con un impuesto, una obligación que dice que tengo que pagar un porcentaje extra sobre el valor que el vendedor establece que es un precio.

¿Y por qué tendríamos que todos pagar un porcentaje extra a lo que consumimos a diario? Pues, para fomentar la política pública (lo de a quién deberíamos cobrarle más o cómo se gasta la plata es otro tema), pero el punto es que: Todos debiéramos tener acceso a derechos básicos (educación, salud, seguridad, etc.) y de mejor calidad, y esto hay que financiarlo. Por eso el que te obliguen a pagar (imposición) es razonable en pos del beneficio.

Sobre la imposición de la música chilena en las radios.

Es cierto que las radios se financian y son más o menos rentables (como todo medio) a medida que tienen más audiencia, y ésta la logran teniendo parrillas musicales según el nicho que intenten abordar. También es cierto que ciertos nichos musicales son más bien internacionales, y más aún en inglés. Entonces a estas radios les dolería la imposición, el impuesto, de poner el 20% de su música chilena. Pero, ¿Cuál sería el beneficio?

El estado de nuestra música.

Suelo escuchar la radio Sonar en la mañana, porque me gusta el estilo musical que tienen y encuentro bueno el programa de información de la mañana. Dentro de sus comerciales tienen uno de la ARCHI (“Eso quería escuchar”), donde dejan claro el punto de que la imposición afectaría a las radios. Ahí bien. Pero luego escucho el siguiente tema:

Y bueno, es música en español, pero argentina. Entonces, el problema no es que sea rock en español, sino que tácitamente afirmamos que la música chilena no es tan buena. Y lamentablemente, me atrevería a decir que sí.

Ejemplos hay varios, me gustaría enumerar algunos pero creo que sería perder el foco, aunque ejemplos hay varios, y eso sin tomar en cuenta a Carlos Gardel, quien supe que en realidad había nacido en Uruguay. No sé de dónde vendrá el cúmulo de música argentina, no sé si atribuirlo al bloqueo de música inglesa (que fue un tipo de imposición, también), pero el hecho es que la percepción que tenemos de ella es, sino superior, más abundante.

Apuesto a que al leer esto, está pensando en contraejemplos para un “Oye, pero si la música chilena también es buena”, y podrían invocar desde Los Jaivas, Violeta Parra, Los Prisioneros o Los Tres… hasta bandas más desconocidas. Pero, ¿de verdad necesitamos pasar 3 veces al día “Todos Juntos” o “La Voz de los 80”?. O si es una banda que desconozco, ¿Cómo tendré la predisposición de escucharla, si prefiero irme a la segura y escuchar las bandas que siempre he escuchado?

Sgt. Nicotina, una banda chilena que nadie conoce.

¿Qué pasaría si en vez de rotar tanto a QOTSA en la Sonar escucháramos más a Hielo Negro? ¿O a Yajaira? ¿Qué pasaría si escucháramos más a Roberto Lecaros o a Cuturrufo en la Oasis? Quizás la sintonía baje… pero quizás también estos grupos se harán más conocidos, tendrán más convocatoria, más recursos y por ende más discos, y cada vez con mejor sonido. Porque a Pink Floyd no se le conoce por el The Piper and The Gates sino por el estilo que lograron recién en el Meddle, y que consagraron en el Dark Side of the Moon, reinventándose con el Animals y de nuevo con The Wall. Y si bien Los Beatles fueron famosos desde los primeros discos, las canciones que revolucionaron la música salieron partir de su evolución de años.

El huevo y la gallina.

Para entrar al “mercado” chileno actual las bandas tienen que sonar parecido a quienes ya la hicieron, como los clones de Los Tres, los exponentes de la “nueva canción chilena” o bandas tipo Astro, Denver, Javiera Mena, Francisca “Fiona” Valenzuela o Pedro Piedra. Sino, estás obligado a hacer bandas tributo (que para los locatarios es irse a la segura). Y ser distinto es nadar contra la corriente, es cosa de darse una vuelta por Soundcloud.

Estoy de acuerdo en que en estos tiempos del Internet tenemos mejores herramientas de difusión, pero es un paso a la predisposición común de la gente a escuchar nuestra música, esperando que algún día ésta se dé de forma natural. Y auguro que la repetición de las mismas bandas y estilos en las radios decantará de forma natural por cansancio, y cuando se necesite de más música estén los incentivos para que nuevos estilos y nuevas propuestas sean más escuchados, apoyados y pulidos.

Y ese día tendremos un país culturalmente más rico.